Cada día nos asaltan los anuncios. Nos rodean, nos asedian, se meten en los buzones, las retinas y los oídos.

Hace unos días, en la Estación Sur de autobuses de Madrid, vi este anuncio en una tienda. Encuadré la foto, para no hacer publicidad y quedarme con el mensaje, que difundo y encarecidamente aconsejo.

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