Empezó la primavera y floreció una gran rama del árbol de júpiter, o árbol del amor. Sale por encima del muro de la casa de unos vecinos. Cada vez que paso por debajo, me siento más vivo y bendecido que si pasase bajo un arco triunfal de esos que se hacían  construir los dictadores. Es sutilmente delicado y parece flotar en el aire.

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