Un día más, a la misma hora, el sol del atardecer ilumina el minúsculo jardín zen. Fiel recordatorio de la quietud, en el trasiego constante de libros a mi alrededor. Algo permanece, mientras vuelan los días con las hojas del calendario.
Un día más, a la misma hora, el sol del atardecer ilumina el minúsculo jardín zen. Fiel recordatorio de la quietud, en el trasiego constante de libros a mi alrededor. Algo permanece, mientras vuelan los días con las hojas del calendario.
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