Este carbonero come sobre pensamientos amarillos, a los que respeta pero no mira, ocupado como está en darse un suculento banquete de proteína.

Cada año acuden a mi ventana varias familias de carboneros al reclamo de los cacahuetes, trigo y grasa que les ponto diariamente desde que aparecen.

Algunos polluelos se han adelantado y necesitan crecer rápidamente para independizarse y construir su propio nido.

Si continúas usando este sitio, aceptas el uso de cookies. Más información

Los ajustes de cookies en esta web están configurados para «permitir las cookies» y ofrecerte la mejor experiencia de navegación posible. Si sigues usando esta web sin cambiar tus ajustes de cookies o haces clic en «Aceptar», estarás dando tu consentimiento a esto.

Cerrar