Estos corderitos solamente tienen unos días, no han sido destetados y ya pueden caminar. Antes de cumplir el mes se venden como “lechales” para el consumo humano.

Si se ven chuletitas en las bandejas plastificadas del supermercado o servidas en el  plato, es fácil olvidar que el cordero ha sido siempre un símbolo de inocencia y pureza. Ningún niño querría comerse al corderito que ha alimentado, salvo los hijos de ganaderos y agricultores que lo han hecho desde la infancia como algo incorporado a la cultura familiar.

Tradicionalmente ha sido uno de los animales preferidos para hacer sacrificios rituales. Para el judaísmo es un animal puro que se puede comer. Los musulmanes no pueden comerlo hasta que han sido destetados. En el cristianismo el “Cordero de Dios” es el símbolo de Jesús, “que quita los pecados del mundo”.

Ser vegetariano es una elección saludable, inteligente y sensata para quien puede escoger. Para el tercio de la humanidad que pasa hambre suena a extravagancia o a lujo de ricos. He sido vegetariano estricto muchos años. Hoy día lo soy parcialmente, sin rigor ni dogmatismos.

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