El tiempo se estira, cuando las circunstancias nos obligan a más casa y menos calle. También inspira hermosas creaciones, efímeras como las horas y los días.

Bellos cristales encontrados en la playa se convierten por arte, no de magia, sino de sensibilidad, en salamandras, tortugas y flores salinas, que caminan entre jazmines. 

Arte instantáneo, medio taoísta y medio chamánico, que borrará en breve sus huellas. ¡Menos mal que el artista me permite darle más continuidad a través de la imagen y los comentarios de este blog.

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