Asediado y aislado por las obras, sobrevive hace un año este olmo, entre cascotes, barro y hormigón.

Me lo encuentro cada día a la salida de un túnel. ¡Qué lástima que no pueda viajar con las nubes a un bosque de árrboles hermanos!

Ojalá te respeten, hermano árbol, porque no interrumpes ningún camino. ¿En manos de qué caprichosa decisión estará tu destino?

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