Al entrar a mi casa, encuentro pedacitos de arcoiris en el suelo. Dones que el cielo nos regala a menudo. Efímeros como el maná del desierto o el dulce líquido del fresno y el alerce. Si no se está atento, desaparecen y evaporan.
Al entrar a mi casa, encuentro pedacitos de arcoiris en el suelo. Dones que el cielo nos regala a menudo. Efímeros como el maná del desierto o el dulce líquido del fresno y el alerce. Si no se está atento, desaparecen y evaporan.
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