Esta pequeña acuarela de mi hermano Javier, “el artista” de la familia, lleva 30 días en mi escritorio. Un regalo otoñal. Cada día me fascina la aparente simplicidad de líneas, colores y sombras, que abren nuevos planos y pasillos para recorrer y aventurarse. Totalmente al fondo, tras una minúscula ventana blanca, se vislumbra un vasto espacio vacío para volar y soñar. Definitivamente, menos es más.
Comentarios recientes