Hace 36 años, colaboré en la construcción de Chitshakti, que es así como llamamos a este edificio con un cierto estilo gaudiano. Personalmente fue una época de mi vida dedicada exclusivamente a la meditación, la huerta y la albañilería.
Hoy este fantástico y fantasioso castillo está muy deteriorado, pero todavía puede verse en días claros desde Reus (Tarragona) y tal vez visitarse entre los municipios de Alcover y Montral.
En los años 84-86, un centenar de personas de la Comunidad Arcoiris construíamos con ilusión nuestras propias habitaciones, aseos, terrazas, salas de reunión y comedores. Y también cuatro espectaculares torres, del Agua, la Tierra, el Viento y el Fuego, con cúpulas decoradas con miles de pequeñas teselas de colores. Fueron muchas jornadas de esfuerzo, discusiones, alegrías, compañerismo y utopía. No me arrepiento.
Sobre la estructura jerárquica y la “filosofía espiritual” de Emilio Fiel (Miyo), creador de la Comunidad, sigo reflexionando y escribiendo.
Pues ya estaría bien, que se pudiera usar para alojar a jubilados emprendedores
El dueño, que hizo un inteligentísimo negocio, estaría encantado si la Administración competente, alguna cooperativa o los mismos jubilados emprendedores le pagan la mensualidad que a él le pareciera rentable. Ahora alquila ese edificio y cuatro o cinco más que edificamos y restauramos para talleres, convivencias y eventos varios. El negocio fue no cobrarnos ni un sólo céntimo durante trece o quince años de contrato, a cambio de construirle más de mil metros de viviendas, salas, cabañas, etc, y de plantar más de mil árboles y volver a poner en cultivo media hectárea de terreno en pleno monte. Lo hicimos.