Gracias a la nieve
y a las nubes que la imitan
posándose en las cimas,
como palomas enamoradas
que se persiguen y arrullan.
Se han vuelto blancas mis cejas
escudriñando el horizonte nevado,
absorto en cúmulos y nimbos
y ahora siento frío en pleno estío,
cercano el final del tiempo,
el tiempo que me será otorgado.
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