Haces una foto. Estás concentrado. Alguien te hace una foto a ti a tus espaldas, desde las alturas. Aunque no lo creas, aunque estés solo, todo el firmamento te observa.

Por ello, no estaría mal que todos incorporásemos la antigua traducción literal del ideograma chino de la palabra “moral”: “caminar con el corazón en la mano como si diez mil ojos te observaran”. 

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