El arte floral japonés es toda una meditación. El ikebana tiene sus propias reglas. Tomé clases hace muchos años con una maestra japonesa. De vez en cuando hago alguno.
Pintar acuarelas, cultivar bonsais, hacer miniesculturas de piedra, podar árboles, dar de comer a los pájaros, pasear en bicicleta son otras tantas formas de meditación en acción.
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