Vivimos en un sueño sin fin

que creemos interrumpir

al despertar por la mañana.

Sonámbulos nos agitamos,

persiguiendo otros sueños

que nosotros no soñamos.

Un gran soñador los crea

a raudales por todas partes,

entretejiendo soñadores

que creen estar despiertos.

Cóctel agitado nuestra vida,

produce fugaces subidones,

breves como cualquier trago,

efímeros como un suspiro.

 

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