Antes de que vengas, voy yo,
si no me miras, te miro yo.
La curiosidad te mata,
mi deseo te turba,
miremos por la ventana,
aunque no veamos
los coches que pasan,
los perros paseados,
los árboles deshojados.
Sé dónde te bajarás,
tú no conoces mi parada.
A la misma hora mañana,
en la misma línea,
el mismo ritual,
la cara vuelta,
la mirada esquiva,
el corazón a cien.
Pasó la lluvia,
pasó la nieve y un día…
en el mismo instante
se ilumina la pantalla,
se pone en vibración el móvil,
nos miramos a la cara,
las fotos nunca engañan.
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