No hacen falta visillos, persianas ni celosías cuando una palmera asoma por tu patio. La Naturaleza nos provee de todo.

Si se quiere preservar la intimidad en un alto patio andaluz, varias hojas de palma te bastan. Felizmente no fueron cortadas para el Domingo de Ramos.

Pero si lo que quieres es observar a los vecinos, te habrás convertido en “la vieja del visillo” y vivirás tras “la ventana indiscreta”.

Si continúas usando este sitio, aceptas el uso de cookies. Más información

Los ajustes de cookies en esta web están configurados para «permitir las cookies» y ofrecerte la mejor experiencia de navegación posible. Si sigues usando esta web sin cambiar tus ajustes de cookies o haces clic en «Aceptar», estarás dando tu consentimiento a esto.

Cerrar