ALBOROZO BLANCO

¡Por fin nieva!

Gorriones alborotados festejan,

o se quejan,

o simplemente pían,

porque están vivos.

O es su forma de combatir el frío,

sin miedo y sin temblar.

Dejo de pensar y escucho

dichoso su trinar,

mientras caen los copos,

como telones silenciosos

que alertan el final de esta obra,

una y otra vez repetida

sin cesar.

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