Acumulado estoy antes de estar colmado

de miradas, caricias y acometidas.

Más intenso es mi deseo,

más frondosa mi fantasía,

la imaginación más ardorosa

que la cópula prolongada,

que los síes y los suspiros,

que los gritos acallados y enmudecidos.

Nada quedó ya en serenidad y sosiego,

no se enfrían las cenizas ni sus rescoldos,

que avivan soledades y añoranzas,

que inflaman el anhelo de tu semblante.

Sigo persiguiendo sin fe y con ahínco

el humo de tu imagen desvanecida

en el laberinto de los recuerdos entrelazados.

Cada día escudriño nube a nube el cielo,

de tanto en tanto tu silueta me regalan.

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