¿Eres gata o alma afelinada?
Traspasa nuestros tuétanos
tu mirada atenta o ausente,
del lánguido reposo
al repentino y súbito salto,
borras en un instante
todo pasado, también el cercano.
Tu cola, autónoma serpiente,
meces arriba y abajo,
de un lado al otro, despacio,
abanicas el aire sin herirlo,
en supuesta y continua indolencia.
¿Captas fantasmas o barres
miasmas pegadas al aura?,
¿a tu aura o a la nuestra?
Rodeas estancias y asientos,
pero nadie puede darte la vuelta.
Impenetrable e imprescindible
a tu antojo y semejanza,
vagas entre tu esencia y la nuestra:
pura quietud en movimiento.
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