Los Reyes magos nos sorprendieron con un regalo: el 7 de enero, a las 0,07 de la Península ibérica, una hermosa Luna llena brillaba en la oscuridad de la medianoche. La Luna del Lobo, porque en los meses de frío y hambre, las manadas de lobos aullan en el hemisferio norte.

Esta luna llena estaba en el signo del zodiaco de Cáncer, propicia para despertar la imaginación creativa, cuidar la alimentación y estrechar los vínculos entre padres e hijos. (Fotografía realizada y cedida por Javier Somaschini).

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