Quemé ya dos naves,

¿quemaré mi tercer velero?

Aún no lo sé,

tal vez arda solo,

cuando ya no tenga a dónde ir

ni deseos de viajar.

Sabré entonces con certeza

que mi surcar llegó a su fin.

Si continúas usando este sitio, aceptas el uso de cookies. Más información

Los ajustes de cookies en esta web están configurados para «permitir las cookies» y ofrecerte la mejor experiencia de navegación posible. Si sigues usando esta web sin cambiar tus ajustes de cookies o haces clic en «Aceptar», estarás dando tu consentimiento a esto.

Cerrar